(click para agrandar)Hoy voy a escribir sobre los pobres. ¿Los pobres? ¡uh! Otro progre... otro izquierdoso que quiere enternecernos el corazón con alguna historia sobre lo malos que son los de arriba y lo santos que son los de abajo.
Lejos... muy lejos de este modesto columnista señores.
Hoy quisiera hacerles mención de otro tipo de necesitado, el economista.
No ha cambiado mucho nuestro mundo desde las épocas del vil garrote a nuestros días. El economista, aunque mucho se afane (de afán), no confundir, en este caso decir "se afane" no es muy conveniente, porque puede causar alguna asociación con robo, hurto o malversación y yo lo decía con la mente puesta en esfuerzo, anhelo, ambición, ahínco. Bien, como les decía aunque mucho ambicionen los profesionales de las finanzas en hacernos creer que la suya es una ciencia y saquen a relucir su erudición en montos con astronómicas cantidades seguidas de ceros, nadie les cree. Pobres, son unos marginados.
Es duro, pero bueno, tiene sus compensaciones ustedes dirán. En la soledad de sus frías noches de retiro no les debe faltar un poco del calor que proporcionarán las migajas que caen de las enormísimas sumas del dinero que "administran".
Pobres, nadie les cree, las gentes del común, indoctas ellas, recelan, desconfían ya de tanto término nuevo, de tanta explicación de por qué nada salió como debía.
La palabra llave de hoy, carry-trades, es un nuevo término, que hace que un vulgar choreo suene a algo sofisticado, por lo menos, para los ígnaros carentes de crédito en la palabra de estos sabios personajes, por más ínclitos que nos los quieran presentar.
Nuestras abuelitas, ellas sí que sabían economía, eso era dominio, eso era sapiencia en estado puro , no tenían estudios pero ni falta.
Tenían la clarividencia que les daba el amor por sus familias, la intuición, el ojo, y justo lo necesario para manejar las cuentas del hogar.
No hace falta nada más, señores financistas, amor por la familia. Ahora claro, muchos van a pensar, de eso les sobra a estos, si todo lo hacen por ver bien a sus seres queridos, pobres.